miércoles, 27 de agosto de 2014

El reto de controlar accesos en centros médicos y clínicas

Control de accesos centros médicos

Según datos de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas –ACHC-, más de 29 millones de personas son atendidas en consulta externa dentro de sus establecimientos cada año. Las consultas por urgencias alcanzan la astronómica cifra de casi 12 millones anuales. Algunos establecimientos hospitalarios reciben un número superior a 16 mil pacientes en consulta externa por mes y entre 8.500 y 9 mil consultas por urgencias.

Las cifras hablan por sí solas. Recibir un número tan elevado de visitantes supone grandes desafíos para la seguridad en esos centros asistenciales. El volumen de usuarios es tan elevado que implica por sí solo un reto logístico de gran envergadura, especialmente si se toma en cuenta que los pacientes casi siempre acuden a estos sitios con un acompañante al menos.

Pero lo que lo hace más compleja esta situación es que los hospitales son también espacios en donde se alojan equipos de alto valor, sustancias restringidas y/o peligrosas, además de un importante número de personas en condición de vulnerabilidad.

Así las cosas, la seguridad, y en particular el control de acceso a centros médicos, hospitales y clínicas es un factor verdaderamente crucial. No solo deben estar preparados para brindar una atención adecuada a los usuarios, sino que también tienen que garantizar la protección de las personas, los bienes y la infraestructura.

Violencia en centros médicos por falta de controles de accesos
Violencia en los centros asistenciales
Los centros de salud y la red hospitalaria frecuentemente son el escenario de hechos violentos. Hace un par de años se dio a conocer que un 18% de los hospitales universitarios de Estados Unidos registran al menos un acto de violencia cada mes. El 43% del personal reportó haber sido víctima de algún tipo de agresión física; y el 46% indicó que le había confiscado un arma o más a alguno de los pacientes.

Aunque en Colombia no existen estadísticas al respecto, se sabe que la situación es similar e incluso peor.
Según información revelada por la Secretaría de Salud de Bogotá, en lo que va corrido de 2014 se han presentado hechos graves de violencia en clínicas, hospitales y centros de salud. En el Cami Santa Librada de Usme, por ejemplo, todo el personal fue amenazado por sujetos que irrumpieron en el área de urgencias para ultimar a un joven que estaba siendo asistido. Ellos mismos lo habían herido minutos antes y querían impedir que médicos y enfermeras le salvaran la vida.

En febrero pasado el personal del Hospital de Bosa vivió un episodio similar, cuando un grupo de hinchas de un equipo se enfrentó con miembros del equipo contrario, generando varios heridos. Luego se presentaron en el hospital para impedir que estos fueran atendidos.

Este tipo de hechos se presentan en todo el país desde hace varios años. En Cali y Medellín son el pan de cada día. Los casos van desde confrontaciones entre pandillas en las salas de espera, hasta amenazas de muerte contra el personal médico.

El hurto, otro de los problemas graves

A los hechos de violencia se suman los cuantiosos hurtos que se dan dentro de los centros asistenciales. Según el gerente del Hospital Carlos Holmes Trujillo de Cali, doctor Javier Arévalo, en solo tres meses esa institución tuvo que afrontar el robo de tres equipos de órganos de los sentidos, avaluados en más de 15 millones de pesos.

Además del robo de equipos costosos, los hospitales y centros de salud permanentemente son víctimas del hurto de fonendoscopios, pinzas, jeringas y toda suerte de instrumental pequeño. Los medicamentos son otros de los elementos que atraen la atención de los maleantes. La situación es tan grave, que también se han registrado robos de inodoros, llaves de agua y ropa de cama. Eso sin contar los hurtos de los que son víctimas los propios pacientes mientras son atendidos.

La violación a las puertas de los consultorios es frecuente, así como la suplantación de identidad con fines criminales. Hay auténticas mafias que se han especializado en este tipo de robos y operan específicamente en centros hospitalarios y de salud en general.

El hurto de equipos especializados y medicamentos de alto costo afecta las finanzas y los seguros de los centros asistenciales. Pero más allá de esto, también pone en riesgo la salud y la vida de los pacientes.

Los puntos críticos de la seguridad
Hay áreas dentro de los centros asistenciales que son particularmente propicias para que se presenten incidentes de seguridad. Cada una de ellas debe asumir riesgos específicos y casi todos estos tienen que ver directa o indirectamente con el control de acceso. Esos puntos críticos son los siguientes:

Puntos críticos en centros medicos
Traumatología y urgencias: Frecuentemente se ven amenazados por vendettas, conflictos entre bandas, violencia intrafamiliar y pacientes en estado de embriaguez o intoxicación por otras drogas.
Zonas de cuidado infantil: En estas áreas, tristemente, se presenta con relativa frecuencia el rapto de bebés. A veces también deben lidiar con el abuso a menores.

Dispensario o almacén de farmacias: Se enfrentan al hurto de medicamentos de alto costo y sustancias de uso restringido.

Zona de residuos: Hay restos potencialmente peligrosos que deben ser manipulados adecuadamente. 

El control de acceso debe ser muy riguroso.
Otras áreas: Hay algunas otras zonas del hospital que deben ser protegidas con celo. Principalmente: cuartos de mantenimiento, laboratorios, área de rayos, área geriátrica, área psiquiátrica, depósito de cadáveres, sala de servidores, archivo de historias clínicas, consultorios, ascensores para uso exclusivo del personal y zona de parqueo restringida.

El control de acceso

Los controles de acceso son la principal garantía para preservar la seguridad en un hospital, clínica o centro de salud. Los identificadores personales son la primera herramienta que se debe implementar para prevenir el acceso de intrusos. Tales identificadores antes eran una escarapela de papel con los datos del portador; pero este elemento resultó ser muy vulnerable y ahora es completamente obsoleto.

Actualmente se utilizan códigos o tarjetas, pues son muy funcionales y tienen un alto grado de confiabilidad. Es el caso de SUPERACCESS, la plataforma web que ofrece poderosos métodos de validación para el ingreso, tanto de personas como de vehículos. Mediante un sencillo procedimiento que se vale del código 2D, impreso en las cédulas de ciudadanía colombianas, entre otros documentos de identidad, facilita el acceso del personal autorizado, con máximo grado de confiabilidad.  

La biometría es otro de los mecanismos de autenticación de identidad que ha ganado gran popularidad en el sector de la salud, debido a que ofrece las garantías de seguridad necesarias para controlar el acceso.
Lo importante, en cualquier caso, es que el tema del control de acceso se conciba de manera integral y estructurada, de modo que funcione realmente como un sistema en el que cada componente está asociado con los demás y en conjunto funcionan como una unidad.

SUPERVISA S.A. cuenta con todas las alternativas necesarias para garantizar la seguridad en cualquier centro asistencial. El control de acceso exige la acción combinada y coherente de varias herramientas tecnológicas. Eso es precisamente lo que SUPERVISA puede ofrecer.

Las soluciones más eficaces incluyen la gestión de las entradas, mediante restricciones segmentadas por zonas y tiempos. Lo ideal es que se incorporen funciones avanzadas de control de acceso tales como el anti-retorno (evitar que el personal comparta las tarjetas de identificación), listado de incidencias y activación de dispositivos coordinada (alarmas, CCTV, etc).

También debe existir una política de gestión de visitas, de modo que se eviten las aglomeraciones y se impida que haya confusiones que pueden llevar al acceso de intrusos sin que sean detectados.

El control al porte de armas es otro de los aspectos cruciales. Más de un paciente o un acompañante llevan consigo armas de fuego. Pero no solo esto, también es frecuente el porte de armas blancas o de elementos potencialmente peligrosos. La presencia de un arma eleva considerablemente las posibilidades de que ocurra algún evento violento, sin tomar en cuenta quién la porte. De ahí que sea fundamental contar con medidas de seguridad en los accesos, que impidan el ingreso de armas al centro de salud o al hospital.

Control de accesos centros médicos
El control de acceso debe implementarse en todas las áreas que lo ameriten. Así mismo, debe adaptarse a las necesidades y exigencias de cada zona del centro asistencial. En el área de pediatría no existen los mismos requerimientos que hay en el laboratorio de Rayos X, por ejemplo. Lo mismo ocurre con las demás áreas críticas y es por ello que el concepto de seguridad debe ser al mismo tiempo estructurado y flexible.

Las soluciones que ofrece SUPERVISA S.A. apuntan precisamente a hacer realidad esos atributos: integralidad, al asociar diferentes herramientas para que funcionen como un todo que cubra los diferentes frentes que necesitan ser protegidos; coherencia, para garantizar que unas y otras herramientas se fortalezcan y refuercen entre sí; y flexibilidad, porque cada zona demanda acciones específicas.

Los desafíos, sin duda, son enormes. Pero definitivamente la tecnología ofrece grandes posibilidades. Día por día se consolida como la herramienta determinante para afrontar los retos de la seguridad hospitalaria con éxito. Aún falta mucho camino por recorrer, pero lo bueno es que ya estamos en la senda correcta.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario